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Yoga cristiano
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Imagínese un santuario por un momento… ¿qué le viene a la mente? Tal vez se esté imaginando una altísima catedral con vidrieras. O tal vez te imagines una humilde iglesia con bancos desgastados, luz de velas y una sensación tangible de silencio, calma y reverencia sagrada. Es muy probable que ese “santuario” te parezca que existe ahí fuera, pero no aquí, ni en tu salón, ni en tu coche, y definitivamente no en ti. Por eso estás aquí y buscas más.
Esta es exactamente la razón por la que construimos La Abadía: para crear un espacio seguro en el que puedas entregar todo el estrés, la vergüenza y la rigidez que llevas por una experiencia de Paz + Presencia en todos los lugares y en todo momento.
Sin embargo, muchos cristianos tienen miedo de cómo el yoga o la meditación pueden alejarlos de Dios. Lo cual tiene sentido. Porque antes de que se construyera La Abadía, había muy pocas formas accesibles en las que los cristianos pudieran experimentar los beneficios científicos del yoga y al mismo tiempo honrar y enriquecer su fe.
Antes de entrar a la Abadía yo no tenía mucha “vida espiritual”. No había meditado durante años. Mi cuerpo tampoco era tan fuerte ni flexible. Pero después de entrar en la Abadía volví a aprender a conectar con Dios, además de rezar. Noté que me sentía más tranquila y confiada en general -el otro día estaba lavando la ropa con mi hija y me sentí tan tranquila y agradecida. Es difícil de explicar, pero simplemente me sentí satisfecha en mi cuerpo. Nunca antes me había sentido así.
El yoga cristiano
La atractiva pareja que aparece en la pantalla del televisor mueve con elegancia sus cuerpos hacia la siguiente postura de yoga: brazos extendidos, cabeza ligeramente inclinada hacia atrás, una profunda inspiración. Frente al televisor, una niña de siete años y su madre hacían lo posible por imitar la postura. A la niña, Laurette, le encantaba este momento especial con su madre.
Era 1965, y la madre de Laurette, Jacquie, no se lo pensó dos veces para hacer ejercicio junto a este programa de yoga que salió en la televisión después de Jack La Lanne. Desarrolló una pasión por el yoga, y comenzó a dar clases gratuitas en su casa. Laurette sirvió de modelo de demostración para su madre. La joven disfrutaba de la atención, y su familia nunca sospechó que este ejercicio aparentemente inocente abriría la puerta a un estilo de vida de la Nueva Era que afectaría a Laurette durante los siguientes 22 años.
Ahora, a sus 46 años, Laurette Willis, conferenciante y autora cristiana, habla a todos los que conoce sobre los peligros del yoga. Esta residente de Oklahoma se dirige a grupos de todo el país, hablando desde su experiencia personal y sus conocimientos como entrenadora personal certificada e instructora de aeróbic. Ha desarrollado una presencia prominente en Internet, en gran parte debido a su nuevo programa de ejercicios, PraiseMoves, que ella llama “una alternativa cristiana al yoga”. Ella comparte su testimonio en el sitio web (www.PraiseMoves.com) con un estilo de “tirar y no pegar”, y responde a numerosos correos electrónicos -algunos curiosos, otros críticos con su postura sobre el yoga-. Además, publica comentarios en los tablones de anuncios de otros sitios web de fitness y religión. También ha autopublicado un libro y un vídeo sobre PraiseMoves.
Una invitación al yoga cristiano
¿Te has preguntado alguna vez si el yoga es una religión? Lo analizamos: desde las raíces del yoga en el hinduismo, el cristianismo y el budismo, hasta su evolución moderna como práctica espiritual y filosófica.
Tiene en común con muchas religiones la idea de la contemplación personal; de encontrar un sentido personal de paz, satisfacción y el significado más profundo de la vida. Sin embargo, a diferencia de la religión, no tiene un credo formal, ni un conjunto de rituales u obligaciones, a menos que se cuente la disciplina de una práctica regular.
Tanto los budistas como los hindúes cantan el mantra sagrado “Om” durante la meditación. Se dice que el “Om” es el sonido de la armonía en el universo. Sin embargo, se puede cantar “Om” sin pertenecer a una religión, ya que el mantra no es necesariamente religioso, sino que se trata más bien de sentirse conectado con otras personas.
Aunque las ramas modernas del yoga ya no son religiosas, el yoga conserva sus raíces en la contemplación y la reflexión. Sin embargo, los yoguis del siglo XXI, sean religiosos o no, pueden seguir experimentando ese sentido de sí mismos y de su lugar en el mundo, un bonito hilo que nos conecta con otros yoguis del pasado y del presente.
El yoga cristiano y la meditación
Para muchos cristianos de Occidente que no entienden la historia que hay detrás, el yoga es simplemente un medio para hacer ejercicio físico y fortalecer y mejorar la flexibilidad de los músculos. Sin embargo, la filosofía detrás del yoga es mucho más que la mejora física de uno mismo. Es una práctica ancestral derivada de la India, que se cree que es el camino hacia el crecimiento espiritual y la iluminación.
La palabra yoga significa “unión”, y el objetivo es unir el propio yo transitorio (temporal) con el infinito Brahman, el concepto hindú de “Dios”. Este dios no es un ser literal, sino una sustancia espiritual impersonal que es uno con la naturaleza y el cosmos. Este punto de vista se denomina “panteísmo”, es decir, la creencia de que todo es Dios y que la realidad consiste únicamente en el universo y la naturaleza. Como todo es Dios, la filosofía del yoga no hace distinción entre el hombre y Dios.
El hatha yoga es el aspecto del yoga que se centra en el cuerpo físico mediante posturas especiales, ejercicios de respiración y concentración o meditación. Es un medio para preparar el cuerpo para los ejercicios espirituales, con menos obstáculos, para alcanzar la iluminación. La práctica del yoga se basa en la creencia de que el hombre y Dios son uno. Es poco más que un culto a uno mismo disfrazado de espiritualidad de alto nivel.